Limpieza Regular: Limpia las tejas con agua y un cepillo suave para eliminar suciedad y musgo. Evita productos químicos agresivos.
Revisión de Grietas: Inspecciona periódicamente en busca de grietas o daños. Si encuentras alguno, repáralo con una mezcla de concreto adecuada.
Sellado: Aplica un sellador específico para concreto cada pocos años para proteger las tejas de la humedad y manchas.
Drenaje Adecuado: Asegúrate de que el agua drene correctamente para evitar acumulaciones que puedan causar daños.
